jueves, 9 de diciembre de 2010

ANGEL DE LA GUARDA.

  En esta historia hay un personaje recurrente, lo es porque prácticamente siempre estuvo a tu lado, fuiste  su primer nieta y una niña consentida para ella, tanto que cuando a mi se me ocurría levantarte la voz y llamarte la atención, salía en tu defensa y la regañada resultaba ser yo; una gran mujer  trababajadora, mi mamá.

  Ya te platiqué todo lo que mi madre hizo por nosotros; desde estar presente antes de que nacieras, junto a mí en el parto, cuando enfermaste, siempre preocupada por tí; haciendo todo lo posible porque sanaras; lamentablemente no pudo estar presente físicamente cuando cumpliste quince años; pero estoy segura que de alguna manera  estuvo con nosotras, que se sintió feliz al ver tu sonrisa.

  La vida no le dió la oportunidad de compartir ese momento contigo; fue algo dura con ella; sufrió muchas situaciones que finalmente minaron su existencia; cuando nos percatamos de lo enferma que ya estaba, fue demasiado tarde, sin embargo tú puedes presumir con tus primos de ser la nieta que más convivió con mi madre; que la disfrutaste más que cualquiera, podríamos decir que hasta su consentida.

  Su muerte nos produjo un gran dolor; nos tomó a todos por sorpresa, tu papá lloró también ese día, si tú eras la nieta consentida, el era el yerno predilecto; le tenía mucha estima, mi madre era ese brazo fuerte con el que podíamos contar siempre; cuando partió nos quedamos sin saber que hacer, desorientados; comprendimos que solo el estar unidos podía minimizar un poco el dolor; un año antes habíamos perdido a tu tía; te enfrentaste de golpe con la muerte; si es difícil para un adulto superarlo, lo es más para una adolescente como tú.

   Piensa en ella como la gran mujer que era; una abuela linda que te quiso mucho; llévala en tu corazón como un bello tesoro; recuerda todos y cada uno de los momentos que viviste a su lado, conserva en tu memoria su sonrisa; entonces te darás cuenta que vivirá por siempre, mientras tu la recuerdes con amor, ella nunca morirá; hoy está a un lado de tí, cuidandote, se convirtió en un ángel...en tu ángel de la guarda.



 

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