lunes, 9 de mayo de 2011

PALABRAS INOLVIDABLES EN MANOS DE UN ÁNGEL…

Un día de estos se levantan y no me van a encontrar, y a ver qué hacen”
“Todo lo que me he sacrificado por ustedes y miren cómo le pagan a uno”
“¿Cuántos niños no estarán deseando ese plato de comida y tú rechazándolo?”
“Tú no te mandas solo, cuando trabajes y te mantengas, hablamos”
“Mientras vivas en esta casa, se hace lo que yo diga”

             “Porque yo soy tu mamá ¡y punto!

  ¿Quién no recuerda las frases de nuestra mamá a lo largo de nuestra vida? La que más recuerdo es: “Cuando tengas tus propios hijos  te vas a acordar de mí” ¡Y vaya que lo hago¡

  Tengo una hija que continuamente me recuerda esa frase;  por increíble que parezca y a pesar de haberme comprometido a no repetir esas mismas palabras, de repente me descubro diciéndolas frente  a mi hija  junto con otras que nos adjudican a las mamás; cada una de ellas lleva algo de razón;  en mi memoria se grabó una muy en especial: “Nadie escarmienta en cabeza ajena”

  Eso quiere decir, que por mucho que nos esforzamos en repetir hasta por generaciones las mismas frases, aprendemos de nuestros propios errores aunque nuestras madres traten en vano de impedirlo; las mamás quieren proteger de cualquier calamidad y sufrimiento a sus hijos; se nos da por instinto, el llamado instinto maternal; el amor ciego que profesa una madre le impide ver a tiempo que comete errores y que con ello está determinando la actitud y el futuro de sus hijos y el propio.

  Cuando nos damos cuenta puede que sea ya muy tarde; la indiferencia también toma un papel muy importante; en este como en muchos otros ejemplos, el exceso es dañino; como madre puedo decir que encontrar un término medio es muy difícil, pero no imposible; no podemos defender de todo y de todos a nuestros hijos; debemos dejar que ellos tropiecen y encuentren la manera de levantarse; a las mamás nos  corresponde solo estar en el momento en que acudan a nosotros por ayuda y por un abrazo para sentirse seguros.

  Mamás, lo mejor que podemos hacer en estos tiempos de inseguridad, es educar a nuestros hijos con responsabilidad y estar atentas a cualquier cambio de conducta; no dejemos a la televisión en nuestro lugar; las telenovelas NO EDUCAN, mucho menos los video juegos y las caricaturas plagadas de violencia, recuerden que se predica con el ejemplo; lo que ellos necesitan es tiempo de calidad y alguien que los escuche, por supuesto que esto incluye un abrazo lleno de cariño de parte de cada uno de esos ángeles llamado mamá.

No hay influencia tan fuerte como la de una madre”  Sarah Josepha Hale (1788 – 1879). Recuerden muy bien esta frase a la hora de educar.

  Aunque en estos momentos algunos de nosotros no contemos con la presencia física de una madre, si tenemos en la memoria tatuadas las mejores palabras, sonrisas, acciones y uno que otro regaño que nos hizo comprender más tarde, lo mucho que nos amó.

  Hoy en este día tan especial, me toca abrazar al más bello de mis recuerdos, su voz aún la escucho, sus palabras jamás las podré olvidar y sus manos de vez en cuando acarician mi rostro, felicidades mamá. 


.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario